jueves, 14 de marzo de 2013

Francesco. Andar, edificar, confesar



Como muchas veces, me pongo a escribir sobre cosas que me vienen grandes, pero es lo que tiene contar lo que una siente. Llevo desde ayer, a eso de las siete, emocionada:  ¡un Papa nuevo! ¡Y un Papa que reza en castellano! Y por todo lo que vamos sabiendo y viendo en estas horas, esperamos un gran Pontificado. Pontificado que sería imposible entender sin sus precedesores, es lo que más me gusta de la Iglesia, que somos meros instrumentos, mediocres mediadores al fin y al cabo, servidores siempre, como ya hemos escuchado del propio Bergoglio "¡cuánto más grande seas, más humilde tienes que ser". El importante sólo es Dios. Qué bien resumido en esta foto:



La inmediatez de la información en los tiempos del twitter y otros tantos, choca profundamente con esa chimenea a la que estuvimos pegados algo más de un día. Me encantó. Creo que hay rituales que nunca deben cambiarse pues gozan de solemnidad. Y así debe ser. Incluso que mediara más de una hora entre la fumata y ese balcón anunciador, me hizo caer en la cuenta de que la velocidad desproporcionada, a veces, de este mundo, se puede parar, ¡Gracias a Dios! se puede parar.

Sin conocerle de nada, este hombre irradia cercanía y frescura en la mirada. Nos han dicho, quienes sí le conocen, que le precede la humildad y un estilo de vida sencillo. Que siente predilección por los más sencillos y humildes. Muchos, al escuchar “jesuita” y “argentino”, tuvimos suficiente para saber que, nuevamente, el Espíritu sopla con fuerza en la Iglesia. Por cierto y sin venir a cuento, qué curioso que de la orden que profesa un cuarto voto, el de obediencia al Papa, nunca haya salido un Papa, hasta hoy.

Hoy la curiosidad y una tarde algo más desahogada que otras veces, me ha llevado a buscarle en la red, en youtube incluso, y sorpresa (¡o no!) ¡He encontrado algunas homilías suyas! y sólo puedo decir que el Espíritu no podía haberles soplado mejor a los Cardenales:

Con motivo del 80 aniversario de la Acción Católica


“(...) El hombre y la mujer que quiere vivir su Bautismo tiene que ir a las periferias, periferias geográficas, periferias culturales, periferias existenciales, tiene que ir con esa propuesta evangélica ¿Cómo  hacer eso de estar en la vida interior con Jesús, amándolo y estar allá, con aquellos que quizá no nos entienden, o no nos comprenden, o nos odian? Esa es la tensión del cristiano… Sin la sabiduría espiritual de la tensión no se vive bien el Apostolado. No es una bipolaridad que divide sino una tensión interior que el mismo Cristo quiere. (…) El Espíritu Santo nos enseña cómo vivir esa tensión entre el mensaje que llevamos y la manera como somos recibidos. La mansedumbre de aquel que vive de Cristo, que es consciente de ser enviado (...)"




En la festividad de San José:


“Un hombre que se casa con una mujer embarazada, que se hace cargo del hijo que no es él, lo cría, lo educa, le enseña un oficio. Le enseña a ser hombre. Este chico, cuando es grande, arma el lío más grande que tuvo la historia. (…) Un hijo que él no había engendrado. Hacerse cargo de una mujer a la que amaba, pero que no entendía lo que había pasado. Se hizo cargo, de cuidar esa vida débil, débil por lo pequeña, débil por la situación, débil por la pobreza en que vivía. Y cuidó, creyó, no sabía que lo que estaba cuidando era la vida de la Iglesia naciente. Este hombre no entendió, pero creyó. Y ese es su oficio, cuidar, cuidar esa Iglesia que empezaba, cuidarla de todos los peligros. San José no se mareó en los momentos de cierto éxito, no les pidió un puestito a los Reyes Magos. Cuidó, cuidó y cuidó. Y cuando se dio cuenta que para cuidar se tenía que exiliar, se exilió, cuidando la Vida…. Esperó contra toda esperanza, su único derecho era cuidar (...)”

 http://www.youtube.com/watch?v=6CDiyGBlw7s&list=PL563FA3D5DCB62C27


No me queda otra que decir ¡qué bien lo sabe hacer el Señor! 

En algo más de un día, Francisco, ya nos va descolocando muchas cosas, presiento que va a traer de cabeza al protocolo.

Esta tarde en su primera homilía, sencilla, breve, casi literaria, directa ¡y sin papeles! Nos ha lanzado un trípode con el que no tambalearemos "Andar, edificar, confesar... con la cruz del Señor. Andar, edificar, confesar a Cristo Resucitado. Así la Iglesia caminará adelante"

¡Gracias Francesco!

viernes, 8 de marzo de 2013

Y la Vida venció



Y Pedro volvió a negar hasta tres veces, Judas no dio marcha atrás, y el remordimiento, o la conciencia o, sólo Dios sabe qué, acabaron con su vida. Sí, Pilatos, volvió a lavarse las manos, como siempre, después que Herodes de burlara, eso sí, encantadoramente. Pidieron otra vez el indulto a Barrabás; el Cireneo volvió a coger, firme, la cruz que ya no podía sostener el Cordero, y aquella mujer quiso de nuevo enjugar el rostro de Jesús. 

Al pie de la cruz, como siempre, la Madre y el discípulo amado. 

La túnica, ya se sabe, echada a suertes por estar toda tejida de una pieza.

Como siempre, el Cordero no se bajó de la cruz, y allí entregó su vida, sólo y abandonado. Dicen que el velo del templo se rasgó en dos, que la tierra tembló y las rocas se resquebrajaron.   


De nuevo unos discípulos timoratos y, como no podía ser de otro modo, del lado de los sencillos, volvió la noticia de la Salvación….al final siempre la última palabra la tiene Dios, allí donde parece acampar la muerte, allí, siempre triunfa la Vida.

Nada nuevo y sin embargo, todo novedoso, el pasado fin de semana en Tomelloso, tuvimos la suerte, el regalo, de disfrutar de la representación de "La Pasión" por el grupo Candilejas. Dificil describir todos los sentimientos, en varios momentos la obra consiguió emocionarme y sacarme alguna que otra lágrima.

Mover a más de setenta actores,  junto a treinta y tres niños, es obra de gigantes, o de quijotes, o de gigantes quijotes que durante meses pierden su sueño y su tiempo, por sacar adelante este proyecto. Sin duda Emiliano Morales, su director, tiene algo de gigante y también de Quijote. La excusa de sacar fondos para ayudar a costear las obras de la Parroquia, termina haciendo brotar de cada uno, todo lo bueno, lo mejor, que en ellos habita, incluídas dotes artísticas, que alguno, quizá, ni imaginaba poseer ¡Doy fe que las tienen!



Me encantó la adaptación exquisita del guión hecha por Antonio López, el párroco. Guión que arrancaba del temblor de la ceguera de las horas que siguieron a la muerte de Jesús, recordando cómo había empezado todo, allá en Caná de Galilea en torno a una boda; magnífica la alegoría de la Vid Verdadera -con los treinta y tres niños, que más tarde, en la última escena, serían los testigos de la Vida- , y ese Agua viva junto al pozo de Sicar, la sed calmada para siempre; escenas que se cruzarán con los acontecimientos centrales de últimos días de Jesús.

Casi después de una semana, las imágenes brotan solas, ¡qué lástima que todo el esfuerzo se quede en unas horas!, ¡bien se merece que pudiera representarse muchas más veces!

Me quedo con los rostros de todos al final de la obra, en el escenario, con la satisfacción de la labor bien hecha, de haber contribuido a hacernos a todos un poquito mejores reviviendo La Pasión. 


Me quedo con la Vida que siempre sale victoriosa.

Me quedo con el protagonista, que es el que Es y que al final, es Quien tiene la última palabra.


¡Gracias a todos los que habéis hecho posible este proyecto!